sábado, noviembre 20, 2004

La carta del Ayuntamiento es una patraña (C.Estellés)

Otra carta del prolífico "Carlos Estelles":

"Echando un vistazo a la carta uno se entera que en el Ayuntamiento de Muro “están muy preocupados por la limpieza de las calles” (citas textuales entre comillas pero traducidas al castellano), y yo digo que ya era hora que se preocuparan, después de cinco años aguantando los plantones semanales de los camiones de recogida en La Plana, por ejemplo. Lo que ocurre es que al finalizar la lectura de la carta uno se da cuenta de que no han explicado nada de nada sobre la campaña que promulgan. Afirman que han introducido “algunas mejoras”, pero no las especifican, aunque esperan que tengan un “impacto inmediato” ¿Cómo quieren que tengan un impacto inmediato si no nos las cuentan? Eso sí, el imancito con el teléfono que nos regalan sí tiene un impacto inmediato, pero contra la nevera, vamos, que se pega. A pesar de estas incoherencias, lo más gracioso es que la denominan “campaña de comunicación”, pero no comunican nada realista, nada práctico, nada de nada sobre esas “mejoras” que esperan crear “un impacto inmediato”.
Siguiendo con la lectura, dice que quieren “impulsar una campaña de comunicación muy ambiciosa”, y yo me pregunto ¿Cuál es su ambición real si solamente la escriben en valenciano? ¿Así quieren concienciar al mayor número de habitantes posible? Si de verdad uno quiere que la campaña sea ambiciosa y la llama “de comunicación” ¿Cómo se comunica con aquellos que no hablan ni entienden el valenciano? ¿Es que esos no tienen opción de participar en esta “ambiciosa” campaña? Fíjense si es ambiciosa que no nos detallan más que lo del imán, fíjense si es ambiciosa que afirman que ya “han introducido algunas mejoras” pero no nos informan de ellas, si acaso la del telefonito en la nevera, pero no es una mejora; para saberlo habrá que esperar un tiempo a ver si funciona o no. Fíjense si es ambiciosa que al final de la carta uno lee que “quieren que todos seamos protagonistas, responsables i que nos comportemos en la calle como lo haríamos en casa”, pues yo les digo que ojalá nuestro gobierno de Muro se aplicara el cuento en su forma de gestionar nuestros impuestos, en su forma de comunicar la verdad de lo que ocurre y no pagar un periódico de propaganda del Bloc con el dinero de los impuestos de todos.
Pero ahí no acaba la cosa, por fin nos dan un dato al que agarrarse con confianza y esperanza: “iremos recordando lo que queremos en diferentes actuaciones a lo largo de los próximos años”. Esto es el colmo de los colmos, ¿Qué es esto, una campaña de concienciación a largo plazo? ¿Pretenden que dure tres o cuatro años? ¿Es que no han visto nunca que las campañas suelen ser anuales como máximo? Y lo suelen ser por razones muy sencillas, enumerando una: para observar los resultados y deducir si merece la pena gastar más dinero en ella o abandonarla o cambiarla. Resulta irónico que quieran que tengan un impacto inmediato si esto va a durar años, es contradictorio.
Finalmente afirman que están muy ilusionados con este proyecto, y yo me río, porque debe ser que este proyecto es una ilusión que los ilumina y emboba. Bromas aparte, existe una última consideración que destacar que me parece la más grave de todas. Afirman al final de la carta que “es un proyecto con el cual, además de sorprender…” ¿Cómo tienen la osadía y la soberbia de dar por sentado que van a sorprender a la gente y, encima, decirlo así en una carta a todas las casas de Muro? ¿Dónde está la humildad que debe caracterizar un gobierno trabajador y transparente? No se puede caer tan fácilmente en la arrogancia de sentirse capaz de sorprender para bien al pueblo y hacer publicidad de ello en una carta, eso es el colmo del orgullo ¿Cómo se atreven a anticiparse a las consecuencias? Con fines propagandísticos, claro. ¿Es que no saben que cabe la posibilidad de que la campaña sea un fiasco y no de resultado, por las circunstancias que sean? Entonces sí nos sorprenderemos, pero para mal, o no, según se mire; dada la sorprendente trayectoria de nuestro actual gobierno, creo que estamos ya curados de espanto.
De verdad que al leer esto sí que me he quedado sorprendido, hasta petrificado. Porque todos deseamos tener un pueblo limpio y que sirva de ejemplo a nuestros hijos, pero el Ayuntamiento debe usar esas magníficas subidas de los impuestos que nos regalan cada año para destinar dinero a eficaces políticas de servicios públicos. Y cuando digo eficaces significa que sean transparentes, prácticas, rápidas (no en años), y con clara convicción de humildad porque cabe el riesgo de que no den resultado."